Me declaro perdida.
Sin brújula, ni mapa. Ni sirenas que me susurren al oído. Cuentos de piratas que me llevan a otros lares. O vientos de tierra con sabores cálidos.
He perdido el camino de estrellas que de noche me iluminan. La mano rozándome el hombro en cada esquina. El aliento cálido en mi nuca. Las palabras precisas que me reconfortan en el frío.
Ya no soy. Ya no espero. Ya no entiendo.
Me declaro pedida en medio de este océano sin nombre.
Sin brújula, ni mapa. Ni sirenas que me susurren al oído. Cuentos de piratas que me llevan a otros lares. O vientos de tierra con sabores cálidos.
He perdido el camino de estrellas que de noche me iluminan. La mano rozándome el hombro en cada esquina. El aliento cálido en mi nuca. Las palabras precisas que me reconfortan en el frío.
Ya no soy. Ya no espero. Ya no entiendo.
Me declaro pedida en medio de este océano sin nombre.
2 comentarios:
Yo no me habría leído mejor.
Tomás
Bueno, a veces al perderse se encuentra un camino mejor, así que no desesperes...
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