
Lucrèce sacude la cabeza con gesto de contrariedad por ese revés del destino.
-Reconocerá que, para una vez qie probamos uno de nuestros productos, no se puede decir que tuviéramos precisamente un golpe de suerte.
-Ah, los preservativos de La Muerte me la Suda tienen garantía de porosidad. Debería haber confiado en nosotros- replica el representante.
-Así y todo...- suspira la madre de Alan, el cual aparece en ese momento en la tienda.
-¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! ¡Hola, señor!- dice, yendo por iniciativa porpia a besar educadamente al representante en ambas megillas-. ¿Habéis visto? está lloviendo. Es estupendo. Hace falta agua, ¿eh?
-¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! ¡Hola, señor!- dice, yendo por iniciativa porpia a besar educadamente al representante en ambas megillas-. ¿Habéis visto? está lloviendo. Es estupendo. Hace falta agua, ¿eh?
La tienda de los suicidas, Jean Teulé
5 comentarios:
La barra lateral del teu blog és una meravella de cinema!
com t'ho has fet?
Com t'ho has fet per aconseguir que text i imatge lliguin correctament?
(aquesta era la pregunta)
sinceramente pasaba curioso a visitar y me voy alegremente sorprendido del contenido....
el extracto del libro es muy prometedor, es muy posible que no pueda evitar su lectura...
saludos cariñosos
y con respecto a su invitación de cine es posible que la acepte, solo hay dos imagenes que me hacen dudar..... al tiempo
Vaya, que alegria de vivir tiene el chico, me asusto y todo :)
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