viernes, 18 de noviembre de 2011

Siempre Me Quedará


Me cuesta abrir los ojos 
y lo hago poco a poco,
no sea que aún te encuentre cerca.
Me guardo tu recuerdo
como el mejor secreto,
que dulce fue tenerte dentro.

Hay un trozo de luz
en esta oscuridad
para prestarme calma.
El tiempo todo calma,
la tempestad y la calma.

Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.

miércoles, 10 de agosto de 2011

¿Exite el perdón?


¿Existe el perdón?
¿Puede uno después de la decepción empezar de 0?

Sería perfecto que la respuesta fuera un si. Que de repente pudiéramos apartar todo lo vivido. Dejarlo como una mera experiencia, como algo que hemos aprendido del nosotros mismos y de los demás... y volver a empezar.
¿Somos capaces de apartar el dolor y el rencor para mirarnos cara a cara y volver a empezar?

Porque cada día existe un momento en el que el valor de las personas es claro y nítido. Y da igual todo lo que se ha pasado porque el deseo de recuperar es mas fuerte. Los recuerdos y todo lo compartido lo puede todo. Y el pensar en todo lo que se dejó de vivir y compartir pesa como el cemento.

Pero si intentamos reconstruir lo que ya perdimos vamos a caer en el mismo agujero?
Estamos condenados a cometer los mismos errores una y otra vez con la misma gente?


martes, 12 de julio de 2011

Nostalgia


Nostalgia, esa es la palabra escondida.

¿He nacido para echar de menos? Aprender a vivir con lo que tenemos... donde queda lo demás?
Escondido entre los sueños que de vez en cuando se atreven a susurrarte al oído que vuelvas. Ese lugar azul, salado, del que en realidad perteneces y nunca deberías haber dejado olvidado. Vuelve. Las oyes? Escriben tu nombre en la arena para que reconozcas el camino.
Construir una vida. Ser algo distinto. Que podía sobrevivir fuera del agua. Pero, a veces, me faltan las grietas de la sal, la arena, la piel quemada por el sol.
Soy lo que tengo? Soy lo que pude ser?
Quizá simplemente todo se reduce a nada.

domingo, 3 de abril de 2011

Lectura


En ese momento me di cuenta de que las hormigas sí disponen de líquido lagrimal. Pero no brota de los ojos hasta que el dolor es insoportable: como el mío en aquel instante. Lloré como nunca había llorado una hormiga.
Alex y Lilly volvieron a la habitación. Me sobrepuse; Lilly no tenía que verme llorar. Claro que, de todos modos, no me habría visto llorar, yo era demasiado pequeña, pero era una cuestión de principios.
Alex tapó cariñosamente a Lilly y le leyó Pippi Calzaslargas. Pero, por muy divertidos que fueran algunos pasajes con la señorita Prysselius, Lilly no se rió ni una sola vez.
Después de leerle tres capítulos, Alex apagó la luz y se quedó tumbado junto a ella hasta que se durmió la pequeña. Se notaba lo mucho que se preocupaba por Lilly.

Al oír sus pequeños y dulces ronquidos, Alex se levantó con mucho cuidado. Caminó a hurtadillas hasta la puerta, volvió a mirar Lilly, ya dormida, respiró hondo y salió triste del cuarto.

Ahora yo estaba sola con mi pequeña.

Me acerqué a su cara. No se movió aunque is seis piececitos seguramente le hicieron cosquillas. Dormía profundamente. Le susurré "Te quiero", y le di un besito de hormiga en el labio inferior.

Luego me tumbé sobre su mejilla. La respiración rítmica de la pequeña me meció hasta que yo me dormí dulcemente.

Maldito Karma, David Safier

lunes, 28 de febrero de 2011

Lectura


El dos gana al uno. El uno es mejor que el cuatro. El tres puede bastar o pasarse. El cinco es llegar demasiado lejos. El seis, un delirio.
Ahora va avanzando, adentrándose cada vez más en el inframundo de su propia nada, el lugar de su interior que coincide con todo lo que ella no es. Sobre su cabeza el cielo es gris, azul o blanco, a veces amarillo o rojo, en ocasiones púrpura. Bajo sus pies la tierra es verde o parda. Su cuerpo se yergue en la confluencia del cielo y la tierra, y es suyo y de nadie más. Sus pensamientos le pertenecen. Sus deseos también. Encallada en el reino del uno, invoca al dos, el tres, el cuatro y el cinco. A veces seis. En ocasiones incluso el sesenta.
Sunset Park, Paul Auster

lunes, 24 de enero de 2011

Lectura


Todos nos aguantamos con el corazón clavado en la tripa y en la garganta. Sin hacer ruido. No queremos que lo oigas. Es espantoso el ruido de un corazón cuando se rompe. Como un huevo a punto de abrirse aplastado por un bulldozer de porcelana. No queremos que comprendas. ¿Sabías? Queremos seguir oyendo un poco del tú y del nosotros funcionando con normalidad, con palabras, y sin tubos de plástico. ¡Queremos "antes" y ahora! "Señores, señoras, por favor, diríjanse a la salida" No pueden arrebatarte así a una madre. ¡Quiero quedarme! La operaré, durmiendo pegadito a ella, veréis cómo se despierta. ¡El sol entre sus dedos, ya veréis, ya veréis! ¡Vamos! Si las enfermeras, con sus ojos cubiertos de párpados, lo dicen, debe de ser cierto: se acabó. No he conseguido retorcer los relojes, cambiar el curso de nuestro destino, no he conseguido hacer magia, ni he conseguido el amor, ni la medicina, ni nada.
Lisa ha tirado su corazón contra la pared, papá va a recogerlo. Yo he tirado mi corazón contra la pared, papá va a recogerlo. Me tiro contra la pared, papá va a recogerme.

La alargada sombra del amor, Mathias Malzieu

martes, 11 de enero de 2011

Lectura


¿Porque tenemos que quedarnos todos tan solos? Pensé .¿Qué necesidad hay? Hay tantísimas personas en este mundo que esperan todas y cada una de ellas, algo de los demás, y que, no obstante, se aíslan tanto las unas de las otras ¿Para qué? ¿Se nutre acaso el planeta de la soledad de los seres humanos para seguir rotando? Me tumbé de espaldas sobre una piedra plana, alcé la vista hacia el cielo y pensé en la multitud de satélites artificiales que debían de estar girando alrededor de la tierra. El horizonte aún estaba ribeteado de una pálida luz, pero en aquel cielo teñido de un profundo color vino empezaban a brillar ya las estrellas. Busqué en él la luz de los satélites. Pero aún había demasiada claridad para que pudieran apreciarse a simple vista. Las estrellas visibles permanecieron inmóviles, cada una en su lugar, como clavadas en el cielo. Cerré los ojos, agucé el oído y pensé en los descendientes del Sputnik que cruzaban el firmamento teniendo como único círculo la gravedad de la tierra. Unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encontraban, se cruzaban y se separaban para siempre. Sin una palabra, sin una promesa.

Sputnik, mi amor , Haruki Murakami

sábado, 1 de enero de 2011

Lectura


-Pues bien, ese es un sufrimiento insignificante si lo comparas con el que puede originar el amor. Todo el placer y la alegría que el amor provoca puedes pagarlos un día con muchos sufrimientos. Y cuanto más intensamente ames, más intenso será el dolor futuro. Conocerás la angustia de los celos, de la incomprensión, la sensación de rechazo y de injusticia. Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará. Yo misma te instalaré este reloj, conozco perfectamente los limites de su funcionamiento. Como mucho, es posible que resista la intensidad del placer, pero no es lo bastante solido para aguantar los pesares del amor.

La mecánica del corazón, Mathias Malzieu