sábado, 3 de abril de 2010

Lectura


¿Cuando empieza todo? ¿Cuando se traslada a la acción en el mundo físico esa idea que os da vueltas en la cabeza? A la mitad de la tercera copa, cuando Gwyn se inclina hacia delante y deja el vaso sobre la improvisada mesa. Te has prometido a ti mismo que no darás el primer paso, que te abstendrás de tocarla hasta que ella te toque a ti, porque sólo entonces sabrás más allá de toda duda que quiere lo mismo que tú y que no has interpretado mal su deseo. Estás un poco borracho, por supuesto, pero no más de la cuenta, no de manera tan atroz como para perder el juicio, y tienes pleno conocimiento de la importancia de lo que estás a punto de hacer. Tu hermana y tú ya no sois los torpes e ignorantes mocosos que erais en la noche del gran experimento, y lo que ahora te planteas es una transgresión de tamaño monumental, algo inicuo y siniestro según la ley humana y divina. Pero no te importa. Ésta es la simple realidad del asunto: no te avergüenzas de lo que sientes. Amas a tu hermana.

"Invisible", Paul Auster