martes, 6 de abril de 2010

Lectura


- Lo siento, te he confundido con otro...
- Confúndame con quien quiera...
Un hombre llorando es algo que no pasa nunca en un bar de striptease. De hecho, Julie no había visto nunca a un hombre llorar. Siempre era ella la que lloraba. Tendió los brazos para coger a Brutus, pero este se quedó acurrucado en las rodillas de Boris, que, por su parte, no hacía nada para retenerlo.
- Parece que no quiere abandonarte...
- ¿Es suyo? Debe tener frío...

- ¿Estás bien?
- No, no muy bien.

- ¿Que te pasa? ¿Mal de amores?

- Mis peces van a morir...

Boris, al pronunciar la palabra, no pudo contener un enorme sollozo. Julie, aunque tenía su corazoncito, no daba crédito que un hombre pudiera llorar por unos peces.
- ¿Tanto los quieres?

Por un instante Boris pareció salir de su pena. Reflexionó.

- Sin ellos, mi vida ya no tendría sentido...


El frío modifica la trayectoria de los peces, Pierre Szalowski

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