miércoles, 3 de septiembre de 2008

Lectura


¡Tantos de nosotros nos hemos convertido otra vez en niños! No es que lo hayamos buscado, ya me entiendes, ni que seamos conscientes de ello. Pero cuando la fe desaparece, cuando comprendes que ni siquiera te queda la esperanza de recuperar la esperanza, entonces tiendes a llenar espacios vacíos con sueños, pequeñas fantasías y cuentos infantiles que te ayuden a sobrevivir. Hasta a la gente más endurecida le resulta difícil contenerse; de repente dejan lo que están haciendo y se sienta a hablar de los deseos que han ido brotando en su interior.

El país de las últimas cosas, Paul Auster

1 comentario:

Txe Peligro dijo...

nunca acabó de gustarme ese señor..


saludos