Creí morir de dolor. Suplique para que todo terminara. Y al final, después de 16 horas, llego a nuestras vidas un nuevo ser.
Y yo dejé de ser yo.
Nunca pensé que sentiría la inquietud y la tristeza que siento al verme en el espejo de al lado. No estoy a la altura de lo que esperaba de mi misma. Veo reproche y dudas en los ojos que a veces se atreven a mirarme... Y yo solo siento miedo.
Miedo de mi. Del presente. De un posible futuro. De saberme tan imperfecta y débil. De sentirme tan sola rodeada de llantos. De querer huir. De querer tanto. De desear volver a meter dentro de mi ese nuevo ser.
Miedo de nunca más volver a ser yo.
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Sutilezas
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