El tío David era un eurófilo evidente y convencido, especialista en literatura comparada, en literaturas europeas que eran su patria espiritual. No entendía por qué tenía que renunciar a su puesto y emigrar al Asia oriental, un lugar extraño y desconocido para él, sólo para cumplir los deseos de unos antisemitas ignorantes y de unos bandidos nacionalistas sin cerebro. Por lo tanto, se quedó en su cargo, con el fin de servir al progreso de la cultura, el arte y el humanismo que no tiene límite, hasta que los nazis llegaron a Vilna: los judíos, los intelectuales, los cosmopolitas y los amantes de la cultura no eran de su agrado, y por eso asesinaron a David, a Malka y a mi pequeño primo Daniel (..)
Hoy Europa ha cambiado completamente, hoy está llena de europeos de pared a pared. Por cierto, también las cosas que se escriben en las paredes europeas han cambiado radicalmente de forma: cuando mi padre era joven y vivía en Vilna, en todas las paredes de Europa ponía: “Judíos, marchaos a Palestina”. Hace unos cincuenta años, cuando mi padre volvió a visitar Europa, las paredes le gritaron: “Judíos, marchaos de Palestina”.
1 comentario:
Gracias por tu visita y por tu comentario.
No sólo tienes mi permiso, sino también mi deseo de que sientas mi rincón como tuyo propio.
Un beso.
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