jueves, 20 de noviembre de 2008

Lectura


-No - dijo Elisabeth-, eso no está bien. Todo el mundo te parece respetable y te ofendes si yo te hablo mal de alguien. Tú eres la única a quien encuentro perfecta y tampoco quieres que te lo diga. No temas que me exceda apropiándome de tu privilegio de bondad universal. No hay peligro. A poca gente quiero de verdad, y de muy poco tengo buen concepto. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada, y el tiempo me confirma mi creencia en la inconsistencia del carácter humano, y en lo poco que se puede uno fiar de las apariencias de bondad o inteligencia. Últimamente he tenido dos ejemplo: uno no quiero mencionar, y el otro, la boda de Charlotte. ¡Es increíble! ¡Lo mires como lo mires, es increíble!
- Querida Lizzy, no debes tener esos sentimientos, acabarán con tu felicidad. No tienes en consideración las diferentes situaciones y la forma de ser de las personas. Ten en cuenta la respetabilidad del señor Collins y el carácter firme y prudente de Charlotte.
Orgullo y prejuicio, Jane Austen

No hay comentarios: